lunes

Desazón

Intenté dormirme luego que mil agujas pincharan mi cabeza
y mis pensamientos discontinuos intermitentes
dibujaran secuelas de lo que había quedado.
Hacía frío.
Cubrí con un manto oscuro la silueta azul
que se reía de mí a los oscuro de la habitación
desde un rincón helado.
Tragué saliva y respiré profundo para descansar,
resultaron como vidrios en mi garganta y cenizas de un volcán
que me recorrían la traquea.
Nada volvería a ser como antes.
Palabras penosas de oír, escritas sobre palabras deseosas,
palabras que no eran para mí,
silencios que me condenaron.
Lunes furioso, lunes con sabor a café sin endulzante,
con aroma a otoño en pleno verano
Al romperse la burbuja, comencé a llorar desconsoladamente
no podía entender la angustia, ni el dolor
pero de alguna forma sabía que te amaba a mi manera.
De alguna manera extraña parte de mi vida
y mi razón de existir se habían muerto ,
aunque no lo hayas podido comprender ,
aunque digas que es asunto mío.
Duele saber que todo estuvo en mi cabeza
que no existía la magia, ni los corazones sangrando,
que no eras perfecto, ni en verdad me amabas.
Que lo que sentía cada noche al dormirme
era mi imaginación
no tus brazos rodeándome la espalda
ni tu aliento caliente reposando en mi nuca,
no era tu voz la que me hablaba bajito
sólo era yo que respondía a la nada misma.
Espanto gris, lunes de madrugada,
me voy a trabajar.
Rescato lo último de tu voz y tu carcajada,
me guardo tu risa para otra vida,
recojo el último brillo de tu mirada sobre mis ojos
pidiéndome amor.
Me quedo con tus letras y rasguidos,
con la mirada dulce y tus labios calientes,
te dejo todo lo que no fui,
y tus últimas palabras.
Hoy me quedo sola sobre este lado,
te fuiste junto a los demás
ya no sos especial
y no entiendo porque estoy llorando.

miércoles

Aire, Agua, sin Fuego en la Tierra, otra tierra.

Aprendí a dominar el arte de los silencios y de los gestos contigo y conmigo.
Me aventuro y adueño de cualquier palabra que pronuncies por más errante que sea.
Esquivo los sonidos agudos e irritantes de tu mirada que se ha vuelto opaca y murmura algún destello a lo lejos, cada vez más lejos, durmiéndose en mis horizontes.
Hábil para escurrirte dentro tuyo, sin dejar nada al azar, sin jugar con el aire caliente.
Frío y escurridizo mar que domina tus instintos, Poseidón en busca de amantes para compartir el reino, resistente, poderoso, incapaz de darse por vencido.
El delfín no ha llegado a mi isla, él no está en las constelaciones de este mundo, el real;
estoy segura que juega y salta en el cielo utópico de nuestro mundo, ese que es nuestro.
Mundo que nos permite caminar paralelos al riel de la cordura, donde ya nada nos importa más que
tomarnos de las manos y perseguir el mismo objetivo, descalzos.