sábado

Pasaje

Era un pasaje color sepia, ocre, beige, no recuerdo bien el color, pero me enamoré de su textura.
Arriba el cielo celeste, al medio besos fugaces, en el suelo la cabeza, y en la cabeza lo pies.
Un pasaje, un callejón sin salida, donde no habitaba nadie, sólo un corazón dividido en ocho partes.
En la esquina del viejo café, viven los recuerdos de dos, hay un graffiti que dice 
"prohíbido fijar besos en mi piel", pero esos dos nunca le hicieron caso, y hoy las marcas que llevan en su cuerpo, guardan una historia.
El pasaje de calles gastadas y empedradas, de casas bajitas ,miradas cómplices y de noches despiertas, guarda un secreto.
Quizá fue bajo el farol que se despidieron.
Uno de los dos cruzó la puerta hacia la vida real, el otro quedó sumido en un sueño perpetuo de utopías.