miércoles

Aire, Agua, sin Fuego en la Tierra, otra tierra.

Aprendí a dominar el arte de los silencios y de los gestos contigo y conmigo.
Me aventuro y adueño de cualquier palabra que pronuncies por más errante que sea.
Esquivo los sonidos agudos e irritantes de tu mirada que se ha vuelto opaca y murmura algún destello a lo lejos, cada vez más lejos, durmiéndose en mis horizontes.
Hábil para escurrirte dentro tuyo, sin dejar nada al azar, sin jugar con el aire caliente.
Frío y escurridizo mar que domina tus instintos, Poseidón en busca de amantes para compartir el reino, resistente, poderoso, incapaz de darse por vencido.
El delfín no ha llegado a mi isla, él no está en las constelaciones de este mundo, el real;
estoy segura que juega y salta en el cielo utópico de nuestro mundo, ese que es nuestro.
Mundo que nos permite caminar paralelos al riel de la cordura, donde ya nada nos importa más que
tomarnos de las manos y perseguir el mismo objetivo, descalzos.

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