martes

muchacha

El frío cubre la piel de la muchacha. Piel trigueña.
Sus ojos hartos de llorar se vuelven rojos y suplican paz. Ojos salpicados.
Se despierta un sentimiento de desolación
que encarna en su alma y aprieta el corazón.
Inocente creyó una y otra vez en esa boca traicionera,
Boca que ya no  besa su boca desde hace mucho tiempo.
Se secaron sus labios de pedir amor, 
Ya casi no habla, ya casi no es nada.
Sólo una mueca de lo que alguna vez fue esa sonrisa eterna,
Sólo un trocito de mujer, quedó de esa desesperada guerra.
Decepcionada del hombre y abatida por el miedo,
Emprendió un viaje solitario buscando luz.
Se perdió en una estrella, una estrella fugaz
que la llevó del otro lado del universo.

Luzz.

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