Me reincorporo de repente en otro día gris, igual que todos.
De haberte soñado muriendo en mis labios a despertar sangrando en un ritual absurdo.
Soy un bosquejo de mi y vos más grandioso y tan inmenso cada paso.
Manifestándome, retorno cada día al espacio vacío que me dejo tu nombre y el hueco de tus pupilas en mi retina.
Descubriste mi guarida, en el misterio de una cara de la luna y yo me siento perdida en la profundidad de tu océano noche que me salpica desde tus ojos con pigmentos robados del cielo, que me quitan la respiración y me arrastran a la orilla rasposa, pero las olas regresan a tu centro ya sin memoria.
Me olvidaste, ya no te espero. Acaso tu amor fue de juguete y yo tu pasatiempo perfecto, el mejor crucigrama de verano. Descifraste y te fuiste; un maldito juego de ingenio.
Luz.
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